Lo primero
que me viene a la cabeza de la movilización del 15M es el asentamiento en las
tiendas de campaña. Esta fórmula de lucha, si no me falla la memoria, no ha
traído ningún avance social o resolución satisfactoria de huelga (el ejemplo
cercano de los trabajadores de Sintel en el Paseo de la Castellana en Madrid).
Haciendo un poco de historia y, comparándolo con el mayo francés del 68, al 15M le faltó referentes políticos e intelectuales de talla y, por supuesto, algo que los franceses consiguieron plenamente: movilizar al mundo del trabajo que tenían sus derechos laborales amenazados. Es probable que lo compusieran estudiantes, funcionarios, desempleados y empleados precarios.
Hubiera sido muy interesante la reflexión que hubiera provocado al comprobar
si los componentes del 15M hubieran debatido en las fábricas y se hubieran
adherido una gran parte de las plantillas de las mismas en huelga indefinida.
Algunos lo han calificado como manifestación posmoderna. Quizá se derrocharon
muchos eslóganes y pocos análisis profundos.
La izquierda
no fue el motor de las protestas, sólo se sumó al impulso; a diferencia de mayo
68 donde la izquierda se mostró muy, pero que muy conservadora. Aquí, en España
la izquierda se pavonea de ser la más comunista, la más implacable
antimperialista, la poseedora del marxismo puro; y se mantienen en la creencia
de que los comunistas no se forman, que crecen en los árboles. En esta ocasión
se comprobó, una vez más que la izquierda no tiene fuerza para organizar casi
nada.
El 15M se
creó y se diluyó muy poco politizado, muy ambiguo en lo político; hizo el gran
esfuerzo de denunciar la falta de derechos sociales. Consiguieron hacer
envejecer a las élites; no transformó nada; no lanzó a líderes que pusieran en
un aprieto al Estado, pero abrió un clima para que hubiera un importante cambio
político. Intentaron hacer ver a la ciudadanía que las élites se habían puesto
por encima de la ley, que así no podía haber convivencia alguna.
El intentar plantar cara en dos años a un sistema que perduraba durante cinco siglos es una labor titánica que probablemente les produjera cierta melancolía. El logro, a mi parecer, más importante es tratar de hacer entender que democracia no es sólo votar, que los gobiernos elegidos no son tan sólo democráticos y que no pueden hacer lo que les venga en gana hasta las próximas elecciones.
No
pidieron el voto, ni dinero, no quisieron seguidores incondicionales, tan sólo quisieron
que te despertaras, que no fueras ingenuo y que aplicases la sensatez para
apartarte de la hipocresía del partido político.
El drama del 15M es que eran muy pocos, son muy pocos. Iban despacio porque se dirigían muy lejos, una gran parte querían comprarse un coche, tener un piso y una semanita de vacaciones donde se pueda.
Existe otra parte, que adormecía en el sofá, querían
bastante más, pero los muy ingenuos pensaban que las masas se tenían que
convertir al comunismo de un día para otro. No se trata, benditos lectores, de
que todo el mundo se hiciera de izquierdas, sino que a la gente les pareciera razonable
lo que el 15M perseguía.
El 15M entró y salió sin una hoja de ruta concreta, sin unos requerimientos; hacerlos coherentes y consecuentes es un trabajo de los que los hereden. Creo que en el 15M se perdió una oportunidad histórica desperdiciada por la izquierda que quería y debía transformarla.
“El horizonte” es una canción donde Serrat apuesta por la búsqueda de la felicidad imposible, donde apuesta por el futuro, por el tiempo venidero, por una ilusión que no llega nunca. Del disco “Cada loco con su tema” del año 1983.
Puse rumbo al horizonte
y por nada me detuve,
ansioso por llegar
donde las olas salpican las nubes,
y brindar en primera fila
con el sol resucitado,
sentarme en la barandilla
y ver qué hay del otro lado.
Y cuanto más voy pa' allá
más lejos queda,
cuanto más de prisa voy
más lejos se va.
Allí nacen las leyendas
y se ocultan los secretos
y se alcanza a dibujar
con las estrellas en el firmamento.
Sueño con encaramarme
a sus amplios miradores
para anunciar, si es que vienen,
tiempos mejores.
Y cuanto más voy pa' allá
más lejos queda,
cuanto más de prisa voy
más lejos se va.